Una vez más...

19:23 John James F. Ortega 0 Comments


Lo más difícil de empezar un nuevo proyecto siempre es encontrar quien te apoye incondicionalmente en esa nueva aventura, quien crea en ti sin preguntas ni cuestionamientos.

No importa si nuestros proyectos anteriores han resultado bien; eso no cuenta a la hora de exponer nuestro curriculo a nuestros posibles auspiciantes. 

Nuestra nueva aventura les parecerá arriesgada.

Es que existe ese miedo natural en nosotros mismos que nos paraliza y nos mata cualquier entusiasmo o iniciativa.

Para muchos -por no decir todos-, la seguridad es algo a lo que se aferran con uñas y dientes.

La idea de arriesgarse es algo que, instintivamente, los paraliza.

Para convencerlos tienes que agotar casi toda tu capacidad de persuasión y convencimiento.

Pero los frutos valen la pena.


Al menos si lo que se intenta hacer es lo que a uno le gusta, le apasiona, las cosas funcionan y marchan mejor.

Y sin contar que existen menos posibilidades de abandonar ese tan anhelado proyecto. Incluso los obstáculos que se nos presenten serán menos -o nos parecerá así- abrumadores.

Y si te fijas bien, eso ya es una ventaja.

Pero cualquiera que sea la situación -de encontrar apoyo o no-, siempre se debe estar dispuesto a seguir -solo o acompañado- hacia la materialización de ese sueño que nos ronda la cabeza y que nos ha hecho creer que vale la pena emprender el vuelo hacia ellos.

Nadie dijo que es sencillo. Si lo fuera todo el mundo ya lo habría hecho.

Puede tomarte mucho tiempo... Pero es el viaje hacia la consecución de ese sueño lo que vale la pena experimentar.

Es una experiencia abasalladora, gratificante... Y sobre todo, enriquecedora.

Después de iniciar ese viaje jamás volverás a ser el mismo.

Suerte en tu aventura...

Más Entradas

0 comentarios: